sábado, 14 de abril de 2012

Humildad

Excluyendo casos excepcionales, un artículo, al publicarse en La Sevilla del guiri, ya fue escrito desde hace cuatro meses, como mínimo.  Las entradas de este blog casi igual.  Me refiero a los primeros borradores de los textos.  Voy puliéndolos mientras se acercan sus fechas de publicación. No sólo elimino y reordeno palabras, frases y párrafos.  A veces arranco las entrañas del texto e implanto unas nuevas, suturándolo todo para que no se noten las cicatrices.

Mi gran talento como articulista y blogero, si lo tengo, es mi humildad, no a la hora de hablar de mi vida o de elegir temas, sino a la hora de publicar mi obra.  En ese momento, el lector, tú, eres lo primero, mucho antes que yo.  Sé, por experiencia propia, que soy capaz de escribir un artículo o entrada avergonzadamente mala, y pensar que es competente, o aun una obra maestra.  Sólo con meses, bajan los humos lo suficientemente para que la verdad de lo escrito me salte a la vista.

Habrá lectores que piensan que el escritor verdaderamente humilde es el que deja que las imperfecciones de su obra se publiquen.  Las imperfecciones, sí.  Los errores, la torpeza, los descuidos, se van a escapar a cualquier escritor, sea lo autoexigente que sea.  Pero si se escapa a un buen escritor algo que canta de negligencia, de escribir por escribir, de cumplir sólo con el formulismo de su deber, este pierde puntos conmigo, porque está claro que no ha pensado en mí.  Si no valora tanto la calidad de su obra, vale, pero que no la publique, porque yo, sí, valoro mucho la calidad de su obra.

Mi motivo principal por escribir Semana Pagana fue para batir el récord de la cantidad de lectores atraídos al blog del guiri en un solo día, 2.989, cuando fue publicado Ni truco ni trato, un artículo explicando el verdadero sentido de la fiesta Halloween.  Pensé: “A los sevillanos les gusta que el guiri compare y contraste las fiestas estadounidenses con las suyas.  Pues, eso lo haré”.  ¿Lo ves?  Soy, como persona y escritor, capaz de caer en tal vacío de vanidad.  Decidí seguir el impulso, porque a buen hambre no hay pan duro,  y porque, tal como vida humana puede resultar de un impulso tan superficial como la lujuria, el valor de un artículo no debe de tener que ver con el valor de lo que inspiró su concepción.

La gran ventaja de escribir con antelación es poder arriesgarme.  Puedo abordar temas que, a primera vista, parecen tener pocas posibilidades de funcionar, o que, por nacer de un impulso superficial, no debería llegar a dejar huella.  Al final, Semana Pagana se metió en el corte.

2 comentarios:

  1. Interesante reflexión. Para mí un blog (el mío) es algo personal y, a veces, moderadamente íntimo porque no deja de ser accesible al resto del mundo. Normalmente versa sobre el momento actual pero a veces sí que tomo nota de asuntos que quisiera tratar. Incluso en esos casos, no los voy desarrollando poco a poco. Quizás debería hacerlo. Tomo nota :-).

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    1. Domingo, mi motivo principal por escribir este blog es para recordarme una y otra vez lo difícil que es escribir algo que durará más de un par de días. Para alcanzar tal meta tan exigente, tengo que echarme una bronca o dos o tres, etcétera. Si me sirven bien, supongo que pueden servir a los demás escritores también. Gracias por el comentario.

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