domingo, 25 de marzo de 2012

Los elfos y los soldados

Cuando estudiaba en la universidad y tenía un texto todavía sin terminar, y sin saber cómo terminarlo, un ex profesor me solía decir, “Let the elves work on it” (Deja que los elfos trabajen en ello).  Quería decir que debería dejarlo a un lado durante días, semanas o incluso meses, así que, al retomarlo, sabría de inmediato lo que le hacía falta.    

No es habitual que un texto me salga del tirón.  Dependo casi siempre de los elfos.  El gurú de los géneros me salió en arranques cortos.  Escribía un párrafo o dos, me atascaba, ponía el artículo a un lado y lo olvidaba durante unos días o unas semanas, lo retomaba y escribía un par de párrafos más, etcétera, hasta que por fin lo terminé.  Los elfos nunca me decepcionaron.

Hasta cierto punto.  Aunque el artículo está trabajado, me parece faltar fluidez, como si, en cada arranque, fueran otros los elfos que fueron a mi rescate.  La fluidez importa mucho en un artículo así, porque, sin fluidez, el humor no funciona como es debido.

Uno de mis libros preferidos es Advertisements for Myself de Norman Mailer.    Recopila toda su obra significativa hasta aquel punto en su carrera como escritor (1959).  Mailer salpica la obra con pequeñas introducciones que juzgan francamente los artículos y los cuentos a continuación.  Algunas veces recomienda que los lectores se salten lo que sigue, a menos que tengan un interés específico en lo que se trata.  No tengo tantos cojones para recomendar precisamente esto, pero lo he pensado.

Mailer utilizaba otra palabra para significar elfos.  Dijo que si un escritor ha dicho a sus “soldados” que van a entrar en faena el día siguiente, y al final no los lleva a la batalla, eso los desmoralizará, y si estas malas formas llegan a ser habitual en un escritor, finalmente sus soldados le desertarán.  Siempre dirijo a mis soldados a la batalla cuando se lo he dicho.  En eso no he fallado.  Si El gurú de los géneros no arrasa, es porque el general, aunque un hombre que mantiene su palabra, no siempre maniobra con arte.


4 comentarios:

  1. Buenos días John:

    Me imagino que ya te dará un poco de coraje que llueva en Semana Santa como al resto de sevillanos nos guste o no la semana de pasión.

    Llevo Pensando en estos días tiempo atrás e intentando ponerme en el lugar de alguien que viene de fuera, gracias a ti no los veo como unas chanclas andantes con cámara de fotos desconfiando de todo el mundo pues intuyen que les vamos a engañar y en el 80% de los casos lo hacemos, más bien al contrario me gustaría tomarme una caña con ellos y arreglar el mundo, pero claro está el mundo sería mayor. Así que te pido un favor, como no tengo que molestarte llamando a tu casa para pedir sal, azúcar, un poquito de aceite……mientras miro a través de la puerta para ver cómo vive un guiri, pues me da menos corte.

    Uno de los idiotas (todos los años en Navidad desde pequeños tenemos un grupo de amigos que montamos La Cena de los Idiotas) y el que escribe (el capitán de los idiotas) nos hemos embarcado en un proyecto ya que estamos hartos que La Cosa que está más fea que en la peli de Carpenter nos vuelva más grises.
    Te cuento e intento no aburrirte, resumiendo, algunas veces no hemos preguntado ¿Qué harías el ultimo día de tu vida? Y con la respuesta siempre dentro de lo posible lo hemos intentado realizar, pues bien la idea es que si no lo sabes o nunca te lo has planteado nosotros te lo organizamos. Excursiones de un día de duración con propuestas alternativas. Y aquí llega el favor:
    ¿Qué es lo que te gustaría hacer un día cualquiera si fueras un guiri que ya conoce todo lo típico de nuestra ciudad? puedes abrir tu mente, no te cierres a Sevilla capital, sierra playa, pueblos……..todo lo que en un día de para dejar dibujada una sonrisa.

    Si quieres nos tomamos una caña (pero tendrás que tomar juramento en la hermandad de los Idiotas) y comentamos.

    Como siempre gracias por estar al otro lado.

    Un abrazo. Jose

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    1. José, si me quedara un solo día, y tuviera que vivirlo en Andalucía, llevaría mis hijos y mi mujer conmigo a la playa de Bolonia, subiría aquella duna tan grande, con vistas a las ruinas romanas por un lado, el mar por otro, y un bosque de pinos por otro (¡la vista desde arriba!), y esperaría mi fin con tranquilidad, reflexionando sobre mi único gran logro, haber tomado parte en crear una familia feliz (hasta ahora). Gracias, igualmente, por estar al otro lado.

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  2. hola de nuevo de parte de quienvaasersino (alberto). Dejaste escapar un tema importante, cómo los pueblos dan género a sus conceptos y, sobre todo, por qué. Hay ejemplos claros en Andalucia con el mar y el calor. Piensa en nosotros como un pueblo de fuerte raíz machista, y luego en los agricultores trabajando de sol a sol y los pescadores arriesgandose en el mar revuelto, y se entiende que ellos decían la calor y la mar para resaltar lo traicionero y mortal que había en esos fenómenos naturales.
    Postdata: Espero a que cuelgues el artículo Semanaprofana, pero creo que tambíen te costó elaborarlo, ¿no? La famosa fluidez.

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    1. Alberto, pensé en incluir el ejemplo de la/el mar, pero al final, lo dejé fuera por falta de espacio. Para serte franco, no sabía que también existía “la” calor. Me gusta tu explicación del porqué.

      Sí voy a colgar Semana Pagana, y sí me costó plasmarlo, especialmente los primeros párrafos. Al tener que resumir mi pasado en pocas palabras, conseguir la fluidez perfecta me es un reto casi insuperable. Un saludo. Tengo pendiente echar otro vistazo a tu blog.

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