domingo, 20 de noviembre de 2011

Un autoayudense

Al leer Un americano atado en corto, el lector, habiendo visto la referencia a El camino del hombre superior de David Deida, se habría dado cuenta de que no soy reacio a libros de autoayuda.  La mayoría de los libros buenos en este género, como el de Deida, tienen títulos desafortunados que no reflejan en absoluto la sabiduría en sus páginas.  Igualmente, la gran mayoría de novelas y libros de poesía tienen títulos enganchadores que no reflejan en absoluto lo tópicas, opacas y sosas que son sus páginas.

Hay un gran desprecio en ámbitos intelectuales por la autoayuda.  Sin lugar de dudas, un libro malo de autoayuda, por su forma engañosa de intentar solucionar nuestros problemas, es más vergonzoso que un libro malo de literatura, que es sólo autocomplacencia.  Pero yo diría que un gran libro de autoayuda, como, por ejemplo, Un camino sin huellas de Scott Peck, tiene incluso más valor que la literatura.  Sin poseer la sabiduría que Peck da a conocer con tanta sencillez, humildad y claridad, un lector no es capaz de apreciar la literatura.

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